Una familia en tránsito
Una tarde de verano, Agosto 2015
Angelo, Anka y sus 5 hijos, una familia en transito, vienen de Rumania dejando allí lo poco que tenían.
Son las 5 de la tarde y hace un calor sofocante en estas tierras del sur, llevan varios años dando vueltas por la comarca,buscando trabajo para seguir el camino, han ocupado una vieja casa para dar cobijo a la familia.
Atravesar la puerta, (caos, penumbra, el ruido de la televisión, risas y carreras de los crios, hasta una gallina corretea por el pasillo), y llegar a la cocina donde un pequeño hogaril calienta una olla, su gorgoteo anuncia la hora de comer.
Tras las cocina una puerta comunica con el patio, donde reina el desorden, lleno de cosas inútiles, se encuentra el parque de atracciones de los pequeños de la casa, donde las aventuras de los cuentos se hacen realidad.
Varias tardes compartí con la familia las vivencias de su hogar, juegos, charlas, inquietudes, miedos………,ni una sola mala cara ante tanta dificultad.
Solo en lo más intimo de su habitación pude ver a Anka dar de comer al pequeño, cruzamos las miradas, vergüenza, culpa, miedo ,resignación….fue un instante bello y doloroso, suficiente para dejar huella en el alma. Se puede vivir con poco, pero es muy difícil vivir sin nada.
Jose Gálvez, “Cicu